En las agencias que ofrecen tanto desarrollo web como marketing online, la situación en la que un cliente quiere posicionamiento SEO únicamente con una página web es frecuente. Es la herencia de la web escaparate nacida en los años 90, que todavía no ha sido erradicada por completo del modo de pensar de muchos usuarios.
La buena notica es que toda imagen profesional extraída del entorno digital ofrece un potencial posicionamiento SEO, la mala noticia es que lo hace de forma caduca e incompleta.
Qué es la imagen profesional online
La imagen profesional es la transmisión visual de confianza que se ofrece a empresas y clientes en relación a nuestro trabajo en Internet. Una web es el elemento más común para representar una imagen profesional.
El autónomo o trabajador, presenta a los usuarios potenciales su tarjeta de visita, en la que obviamente ha incluido su página web. Cuando estos usuarios la visitan, ven una presencia digital de este profesional, ven sus trabajos realizados con anterioridad y posiblemente visiten la sección de contacto.
Si los textos están bien optimizados, las páginas construidas correctamente desde el punto de vista de la navegación y el dominio escogido es posicionable, las probabilidades de salir en primera página por el término buscado son bastante altas.
El peligro de la imagen profesional
La imagen profesional conlleva un peligro, que consiste en estar poco cuidada. La vinculación de redes sociales o la inclusión de secciones de noticias, novedades o incluso un blog corporativo corren el riesgo de no ser actualizadas.
Esto es un ejemplo claro de cómo se ha buscado en determinado momento un buen posicionamiento online, se han preparado los recursos apropiados, pero por alguna razón no se han aprovechado.
El resultado es una mala imagen online, además de obviamente un descenso paulatino del posicionamiento orgánico que hayamos conseguido, al poco tiempo de la publicación de la web o incluso de las redes sociales.
Una imagen profesional creciente y un posicionamiento en fases
Cuando el presupuesto es algo limitado, la imagen profesional es el objetivo principal, seguido del posicionamiento SEO que se pueda obtener. A nivel comercial se comete en muchas ocasiones el error de hablar de tarifas globales, cuando la acción va a ser escalonada.
Primero creamos la página web optimizada, para plantear la posibilidad de una presencia online y dejar todo asentado para su correcto posicionamiento.
Luego se plantean las redes sociales y su mantenimiento. En estos casos es posible ralentizar o incluso frenar las novedades de una empresa para proseguir de forma exclusiva con el Social Media.
Si terminamos la estrategia con una inversión en publicidad, lograremos seguidores y potenciales clientes, que a la larga servirán para hacer más fácil el regreso al posicionamiento SEO de la web y el crecimiento de las redes sociales.
En definitiva, el cliente habrá invertido lo mismo o menos, pero lo habrá hecho de forma escalonada y tendrá recursos suficientes para continuar con todas las medidas que son necesarias para competir en el posicionamiento SEO.