Los profesionales que trabajamos en el posicionamiento SEO tenemos graves obstáculos para explicar a un cliente en qué consiste sin ser demasiado detallistas o, cuando se ha iniciado la estrategia, intentar detallar por qué algunos procesos realizados no se han plasmado en resultados, al menos de momento.
No hay normas escritas
Una de las mayores complicaciones para explicar qué debemos hacer en una estrategia de posicionamiento SEO, es que nadie ha elaborado un manual de normas profesionales y ha dicho “esto es lo que oficialmente hay que hacer”.
Google y sus profesionales aprovechan los blogs corporativos y temáticas para exponer algunas ideas, pero sólo la experiencia conjunta de todos los profesionales SEO es la que permite adivinar los factores influyentes en este sector y, ni aún así, hay nada confirmado.
De hecho, la propia Google lanzó hace unos años un mensaje oficial por el que eximían de responsabilidad alguna a todos los profesionales SEO que no aseguraban un resultado concreto, porque reconocían la imposibilidad de hacerlo.
Nada es perpetuo
En este mundo nada permanece para siempre. Por desgracia, en el posicionamiento SEO tampoco. Los resultados obtenidos hace un mes podrían ser completamente diferentes en la actualidad, tanto si se han realizado acciones como si no.
Esto obliga a plantear una estrategia constante de posicionamiento SEO, que muchos clientes no ven lógica una vez alcanzados los resultados. Explicar que lo obtenido podría perderse parece reflejar debilidad por parte del profesional SEO, pero en realidad es el entorno digital cambiante el que provoca esta característica.
Debemos cuidar nuestro posicionamiento SEO como si de nuestro cuerpo se tratase. Debe estar en continuo entrenamiento, siempre en forma y no descuidarse, pues correríamos el riesgo de que otros competidores consiguieran tener una mejor presencia que la nuestra.
El posicionamiento SEO es una estrategia a un largo plazo indeterminado
Muchas de las acciones de posicionamiento SEO pueden verse casi en tiempo real, dado que actuamos en muchas ocasiones sobre el código del desarrollo web y, por tanto, podemos ver las modificaciones al momento.
Sin embargo, mientras el proceso es fácil de identificar, no lo es tanto las consecuencias. Esto se debe a que los cambios en el algoritmo de Google con respecto a las acciones realizadas anteriormente pueden durar de entre unos pocos días a meses, lo que en muchas ocasiones supone todo un reto para la paciencia de los clientes que, ante la falta de resultados creen que las acciones no se están llevando a cabo de forma correcta. Sin embargo, la paciencia, en el sector comercial, no tiene cabida normalmente.