Uno de los principales factores de posicionamiento SEO es el tiempo que el usuario pasa en la página web, así como también la interacción que realiza en ella, tal como visitar más páginas internas mediante los enlaces en contenido, menú, etc.
Esta usabilidad viene delimitada por muchas variables, que inicialmente pueden decidirse en el desarrollo web aunque, por descontado, siempre se está a tiempo de realizar modificaciones.
Una de las variables que tratamos en el artículo de hoy es, precisamente, también uno de los menos cuidados, el relativo a la tipografía de la web.
¿Qué entendemos por tipografía de la web?
Cuando nos referimos a cuidar la tipografía de una web tenemos que decidir en realidad muchos factores tales como:
- Tamaño de letra
- Tipo de letra
- Color de letra
Todos estos componentes permitirán una mayor o menor legibilidad del contenido. Hay que buscar un equilibrio perfecto que motive al usuario a leer todo el contenido existente, sin que le resulte molesto a la vista.
La elección de los elementos tipográficos
El tamaño de la letra vendrá vinculado al tipo de fuente escogido, pero en la mayoría de casos varía entre un 10 y un 14 de relación en píxeles. Hay que tener en cuenta que en teléfonos móviles este tamaño se adaptará proporcionalmente al de la pantalla del dispositivo.
Respecto al tipo de letra, la tendencia actual es aprovechar Google Fonts sin serifa, dado que parecen ofrecer la lectura más sencilla, directa y fresca, con respecto a otras tipografías. En esta decisión debemos encontrar una fuente que sea representativa del estilo de la empresa y que, a su vez, sea completamente legible por los usuarios.
Muchos diseñadores gráficos cometen el error en este sentido de buscar una tipografía demasiado original que, por la dificultad que implica en la legibilidad, motiva la salida del usuario, haciendo así que se produzcan rebotes en las visitas, navegación de corta duración y fenómenos similares que terminan siendo contraproducentes para el posicionamiento SEO de nuestra web.
Finalmente, el color de la tipografía debería ser la decisión más sencilla. Se conoce la teoría, pero el interés por un diseño creativo y diferencial, dificulta su aplicación.
La combinación más legible siempre es, incluso en un entorno digital, de letras negras sobre fondo blanco. Únicamente en páginas web de alta creatividad y con poco contenido textual se debería plantear cualquier otro tipo de combinación.