Existe en SEO un debate desde que el posicionamiento representa un interés para cualquier desarrollador, que sigue sin resolverse y puede que nunca lo haga. Se trata del número de palabras que necesita tener una página web para posicionar.
¿Es mejor tener más o menos palabras? ¿Existe un límite de palabras? ¿Hay un número mínimo que debemos superar? ¿Cuál es la cifra mágica de cantidad de palabras que necesito para SEO?
Si bien el debate es eterno y no tiene respuesta oficial por parte de los buscadores, sí que hay ciertos factores relacionados, que pueden ayudarnos a tener algo más claro cómo afrontar la cantidad de palabras en nuestra página web.
¿Hay una cantidad mínima de palabras para SEO?
Algunas herramientas de análisis SEO establecen la necesidad de superar las 600 palabras, para que una página web tenga opciones de posicionamiento óptimas.
Google News, por su parte, suele requerir un mínimo de 200-300 palabras para considerar una noticia posicionable en su pestaña del buscador.
Los sistemas de análisis de lectores, establecen que el usuario medio puede dedicar entre 2 y 5 minutos como máximo a una lectura online de la misma página, sin salir de ella.
Todos estos datos nos pueden ayudar a distinguir el mínimo de palabras que necesitamos para posicionarnos mejor. Lo importante no es alcanzar una cifra concreta, sino ofrecer un contenido lógico, que en un ritmo de lectura fluido ofrezca al usuario la información que busca.
El resto viene por sí solo. El tiempo dedicado a la página, la visita de nuevas páginas o incluso las recomendaciones con enlaces desde sitios externos.
La mejor forma de analizar cuál es el mínimo de palabras necesario para posicionar una página web es leyéndola y, en base a ello, considerar si se ha obtenido suficiente información o debería haber más.
¿Hay una cantidad máxima de palabras para SEO?
En teoría, cuantas más palabras tiene una página web, más opciones SEO puede ofrecer. En la práctica, sin embargo, esto no es tan fácil.
Incrementar el número de palabras no es negativo por sí mismo, pero sí requiere una estrategia más trabajada.
El contenido a optimizar es mayor y, por tanto, las opciones de fallar también son más. Entran en juego factores como densidad de palabras clave, presencia o ausencia de enlaces, optimización de estilos, negritas, etc.
A ello hay que unir la percepción del usuario. Si no acompañamos la página con recursos gráficos y audiovisuales, un bloque interminable de texto les ahuyentará, provocando rebotes que sí afectarán negativamente a nuestro posicionamiento SEO.