Como ya sabemos, el porcentaje de rebote es aquel que determina qué porcentaje de los usuarios de nuestra web se marchan con la misma velocidad con la que han llegado. Es decir, determina a qué porcentaje de usuarios no hemos podido captar su atención.
La tarea de reducir este porcentaje no es para nada sencilla. Aunque lo que está claro es que si no haces nada esa tasa de rebote puede ser un gran lastre en tus objetivos, por lo que conviene realizar todo lo que sea necesario para reducir al máximo esa tasa.
Lo primero que tienes que hacer es averiguar si la web da lugar a equivocaciones. Es decir, existe la posibilidad de que muchas de las personas que llegan hasta tu web se vayan al descubrir que no es lo que estaban buscando. Por poner un ejemplo, el usuario busca un blog sobre smartphones y descubre que en realidad el blog es sobre ordenadores. Puede que no sea tan drástica esta diferencia, sino que la temática buscada y encontrada sea la correcta pero no se muestre de forma clara en la página de inicio. Es decir, procura que lo primero que el usuario vea de tu web sea lo suficientemente descriptivo como para saber que en él encontrará lo que está buscando.
Otro factor fundamental a la hora de reducir el porcentaje de rebote tiene que ver con el diseño de la web. Si el diseño no es lo suficientemente claro o intuitivo es posible que algunos usuarios frustrados opten por abandonarla. Por supuesto, ya que hablamos de la web, también es importante que ésta tenga una velocidad de carga razonable, pues algunos usuarios tienen muy poca paciencia.
Hay otro elemento que puede influir en el porcentaje de rebote. Hablamos de la publicidad, un elemento que es muy importante, ya que permite obtener ingresos, pero que puede ser un arma de doble filo. Una página web con mucha publicidad asusta al usuario, por lo que hay que procurar buscar el equilibrio.