El SEO viene de serie

En los inicios de Internet el posicionamiento SEO consistía en una serie de técnicas asociadas a la página web de una empresa o marca, categorizadas casi al 99% dentro del llamado “SEO off page”, es decir, la optimización interna de la página quedaba relegada a elementos casi residuales, salvo por algunos “trucos” intentados por programadores para conseguir subir posiciones.

En esta época el posicionamiento SEO era opcional. No siempre era necesario para superar a la competencia y se consideraba un privilegio que se contrataba adjunto a la página web una vez estuviera ésta ya publicada y en funcionamiento.

Pensar que el posicionamiento SEO podía condicionar el desarrollo de una página web era algo impensable, de la misma forma que también lo era valorar una modificación de la web en base a necesidades de posicionamiento SEO.

La situación hoy en día ha cambiado completamente, pero es algo de lo que las empresas no son del todo conscientes. Antes de desarrollar una página web el cambio que muchos empresarios han demostrado es el de interesarse por el posicionamiento SEO con frases del tipo “Quiero una web que esté bien preparada para posicionamiento en Internet” o “Una página que tenga buen posicionamiento”.

En realidad, esto es un paso evolutivo hacia delante y una gran ayuda tanto para desarrolladores como para expertos en posicionamiento SEO, que ya no tienen que explicar las ventajas y necesidades de estas medidas en una página web, más bien al contrario, deben detallar la dificultad que engloba y las limitaciones existentes. Sin embargo, comienza a darse cuenta todo el mundo de que el SEO viene de serie.

Igual que en un concesionario no preguntas por las ventanillas en un coche o si lleva o no volante, el posicionamiento SEO de una web terminará por no consultarse, ya que se considerará algo necesario por parte de los empresarios, algo que ya es más que asentado entre los desarrolladores.

Sin embargo sí que es necesario hacer entender que la optimización SEO de una página web es el primer paso y luego viene el estado de mantenimiento. Igual que con un coche, el empresario debe poder escoger entre ir a su concesionario (sitio donde le hicieron la web) o a un taller de confianza (profesional SEO). En todo caso lo que debe tener en cuenta es que si bien la página web sale “a la carretera” lo mejor posible para circular, necesita un mantenimiento constante y, de vez en cuando, una puesta al día para que ese posicionamiento SEO que viene de serie, no se deteriore y esté siempre actualizado.