La visita es lo más valioso en Internet cuando se trabaja profesionalmente en la Red. Los medios de comunicación la quieren para conseguir mejores estadísticas y con ello ingresos publicitarios. Las empresas requieren visitas para vender sus productos y servicios, a mayor cantidad, más posibilidades de ventas. Y así sucesivamente.
Hasta hace relativamente poco tiempo, las visitas tenían estas conversiones en la página web. El posicionamiento en Internet se enfocaba principalmente a salir lo más arriba posible cuando un usuario busca una palabra clave en el buscador. Esto era en los orígenes. Posteriormente surgieron las redes sociales y el primer pensamiento fue interpretarlo como un nuevo cauce para encontrar visitas hacia la web.
De esta forma, las visitas podían crecer desde distintos sitios, así lo marcaba los sistemas de estadísticas como Google Analytics, capaces de diferenciar visitas sociales de orgánicas y patrocinadas.
Pero últimamente este panorama cambia sutilmente. Las redes sociales también comienzan a mostrar estadísticas propias y en vez de mostrar de dónde llegan las visitas a la web, presentan cuántas visitas vienen hacia la red social, entre otros sitios de origen, desde la propia web.
La sinergia entre ambos entornos, redes sociales y página web, cada vez es mayor, hasta que a menudo comienza a diferenciarse por un lado cuántas visitas tiene una página y cuántos seguidores posee un perfil.
La publicidad comienza a diferenciarse entre banners y otros sistemas en websites, sobre todo informativos y acciones promocionales aprovechando las redes sociales. Ya no es tan importante la cantidad de visitas, sino la viralidad de lo que una campaña es capaz de presumir. Un vídeo en YouTube, un tweet que se convierte en trending topic, una publicación en Facebook con miles de “me gusta”… todas las acciones sociales parecen ser más interesantes que el número de clics obtenidos por clientes potenciales en una página web.
Al final, se produce una brecha. Las redes sociales comienzan a tener un protagonismo monopolista y las páginas webs ya no cuentan. Algunas empresas y profesionales dejan de lado una página web y el difícil posicionamiento web y se vuelcan en conseguir un número mayor de seguidores, con el mejor ratio posible, algo relativamente más sencillo.
Al final la visita evoluciona y se convierte en mención, en retweet, en compartir. Ya no importa tanto el número final de lo que representa que alguien haya visitado una web concreta, sino también qué interacción social ha realizado con esa información. Es la nueva visita de esta década.