Si utilizas marketing de contenidos para objetivos SEO, seguro que has encontrado ya infinidad de tipologías que puedes aprovechar.
Una de las más recomendable es la de las guías, probablemente el contenido con más opciones de conseguir un buen posicionamiento de todos los que podrías desarrollar.
Qué es una guía en marketing de contenidos
Pese a lo que se pueda creer, el uso de Internet, de las redes sociales y de las herramientas digitales, requiere de un proceso más o menos rápido de aprendizaje, por parte de los usuarios.
En otros entornos, este aprendizaje se ofrece de forma directa. Un profesor enseña a un alumno o un entrenador ayuda a los deportistas. Pero en Internet, salvo que estemos con otro usuario que nos indique instrucciones de uso, no tenemos modo directo de descubrir cómo aprovechar los nuevos desarrollos.
La forma de aprenderlo es mediante guías lo más detalladas posibles, en las que se abarque el mayor número de pasos relacionados con todas las opciones que tengamos a nuestro alcance con esa plataforma o herramienta.
Esto obliga a los desarrolladores de contenido a crear guías extensas, de varios niveles de profundidad, que en la medida de lo posible no dejen nada sin tratamiento y que, además, puedan ser actualizables con las novedades que se vayan incluyendo.
Por qué una guía consigue mejor posicionamiento SEO
A priori es evidente las ventajas que una guía puede tener en posicionamiento SEO. Es un contenido mucho más extenso que ningún otro relacionado y permite una actualización constante.
Pero en el fondo tenemos muchas más razones por las que justificar el SEO de este tipo de contenidos, comenzando por una buena estructura de la información.
Los robots de búsqueda pueden rastrear el contenido de una guía e identificar los diferentes puntos importantes que forman parte de ella. ¡Cada uno de ellos es posicionable por sí solo!
Una buena optimización de estilos puede hacer que cada apartado de esa guía sea capaz de obtener una buena posición en los resultados de búsqueda. Se apoya en una doble ventaja. Por un lado la extensión total de contenido. Por otro lado, la optimización específica hacia un resultado concreto.
Además, una guía no consiste en un libro de texto con páginas sucesivas y palabras interconectadas. En Internet, una guía puede (y debería) contar con elementos gráficos y de multimedia o, incluso, de tipo interactivo.
Con estos aportes, se consigue una mayor duración de la visita, mayores opciones de linkbuilding interno hacia páginas con más información relacionada y mayor potencial de compartir la publicación con otros usuarios y en diversas plataformas.